San Andrés y Providencia: donde el mar inspira historias de amor
- Redactor

- 19 sept
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Una historia de amor puede surgir en cualquier lugar: en un tren, en medio de una fiesta o durante un viaje inesperado. Sin embargo, para los colombianos, hay un escenario que despierta aún más suspiros y emociones: la playa.
Según la más reciente encuesta de Booking.com, el 48% de los viajeros colombianos afirma que su historia de amor soñada comenzaría con un abrazo frente al mar, al atardecer. Este deseo es todavía más fuerte entre quienes tienen entre 55 y 64 años, donde el porcentaje asciende al 55%.
En este contexto, el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina se convierte en el destino soñado por excelencia. Sus playas de arena blanca, el inconfundible mar de siete colores y la magia de sus amaneceres o atardeceres son el escenario perfecto para encuentros que parecen sacados de una película romántica.
Mientras que en otros países de la región, como Brasil, México o Argentina, las alternativas románticas se reparten entre cafés urbanos, paseos por pueblos o escapadas a la montaña, en Colombia la preferencia es clara: el romance está en la playa. Apenas el 16% de los colombianos elegiría un pueblo y solo el 11% se inclinaría por una cita urbana como inicio de una historia de amor.
El componente romántico también se refleja en la elección del hospedaje. El 41% de los viajeros prefiere lugares que evocan una comedia romántica: habitaciones acogedoras, vistas al mar y desayuno incluido. En San Andrés y Providencia, las posadas nativas, hoteles boutique y alojamientos frente a la playa ofrecen justamente esa experiencia íntima y auténtica que conecta con el corazón.
Este resultado confirma que para los colombianos el amor y el turismo están profundamente conectados. La playa no es solo un espacio de descanso, sino un escenario aspiracional que transforma la vida personal y convierte un viaje en la oportunidad de comenzar una nueva historia.
En el Caribe insular, cada amanecer y atardecer es una promesa y cada ola un recordatorio de que el amor puede surgir donde menos lo esperas. Y quizás, tu próxima gran historia comience en San Andrés y Providencia.






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