Seaflower, 25 años: un aniversario que reafirma el compromiso con el turismo sostenible en San Andrés, Providencia y Santa Catalina
- Redactor
- 13 nov
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Actualizado: hace 4 días

El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina celebra 25 años desde que la UNESCO lo declaró Reserva de Biosfera Seaflower, una designación que reconoce su extraordinaria riqueza natural y cultural, y que marcó el camino para consolidar un modelo de turismo sostenible como eje del desarrollo en las islas.
Un cuarto de siglo después, este aniversario no solo evoca un logro ambiental: también confirma que el turismo del Archipiélago está llamado a ser un ejemplo mundial de cómo viajar cuidando y respetando la vida en todas sus formas.
La Reserva de Biosfera Seaflower abarca cerca de 350.000 km², convirtiéndose en una de las áreas marinas protegidas más grandes del Caribe. Alberga ecosistemas de manglar, pastos marinos, corales y playas prístinas; el 75% de las áreas coralinas de Colombia; 157 especies de aves, múltiples especies endémicas y cuatro tipos de tortugas marinas y una cultura raizal viva, que ha conservado prácticas sostenibles durante generaciones.
Este equilibrio entre biodiversidad y cultura es la esencia del turismo sostenible que hoy impulsan las islas.
25 años que han transformado el turismo
Desde la declaratoria, el Archipiélago ha fortalecido un modelo turístico que privilegia la preservación del mar, el respeto por la cultura raizal y el bienestar de las comunidades locales.
✔ Crecimiento de las posadas nativas
Este modelo de alojamiento sostenible conecta a los viajeros con la vida local, el idioma creole y las prácticas tradicionales de cocina, pesca, agricultura y cuidado del territorio.
✔ Regulación de áreas protegidas y buena práctica marina
El Parque Regional Johnny Cay, el Parque McBean Lagoon y zonas de arrecife cuentan hoy con normas claras para proteger la fauna marina y minimizar la huella turística.
✔ Educación ambiental para turistas y operadores
La comunidad, los guías, las autoridades y los prestadores turísticos han liderado campañas constantes sobre no tocar la fauna marina, respetar las vedas, evitar plásticos y reducir el impacto en playas y senderos.
✔ Actividades que fortalecen la conexión naturaleza–viajero
El snorkel responsable, el avistamiento de aves, las caminatas ecológicas, los tours en kayak, la gastronomía local y la pesca artesanal sostenible son hoy el corazón del turismo del Archipiélago.
Retos presentes: sostener un paraíso frágil
A pesar de los avances, Seaflower enfrenta desafíos que requieren acción colectiva por la presión turística en épocas altas, manejo adecuado de residuos, recuperación de ecosistemas afectados por fenómenos climáticos, preservación de especies en veda y control de pesca ilegal y educación continua para viajeros sobre comportamientos responsables
La sostenibilidad no es una meta alcanzada: es un camino constante.
Viajar a Seaflower: una experiencia que transforma
En su aniversario 25, Seaflower invita a los viajeros a convertirse en aliados de la conservación. Cada visitante puede aportar:
No tocando corales, estrellas o tortugas.
Elegiendo tours responsables y guías certificados.
Prefiriendo alojamientos locales.
Caminando con respeto por playas, manglares y senderos.
Consumiendo productos legales y propios de la cultura raizal.
Llevando siempre sus residuos de vuelta.
Siendo embajador del cuidado de la Reserva de Biosfera.
Visitar San Andrés, Providencia y Santa Catalina es una oportunidad para conectar con la naturaleza y, al mismo tiempo, protegerla.
Un futuro en el que el turismo y la conservación caminan juntos
A los 25 años de Seaflower, el Archipiélago reafirma que el turismo puede ser una herramienta poderosa de conservación si se gestiona con responsabilidad, conocimiento y amor por el territorio.
Hoy celebramos un cuarto de siglo de esfuerzos, aprendizajes y avances. Celebramos a la comunidad raizal, a los guardianes del mar, a los guías, pescadores, prestadores turísticos, ambientalistas y viajeros conscientes.
Y celebramos que, en este rincón del Caribe colombiano, el turismo sostenible es más que una estrategia: es nuestra forma de vivir y preservar el mar de los siete colores.


